Adaptarse a las nuevas prioridades del consumidor: un reto para el comercio local en Las Palmas
El consumo local de productos frescos sigue marcando el ritmo de la alimentación en los hogares españoles, y Las Palmas no es una excepción. Aunque el supermercado sigue siendo el principal canal —representando el 58 % del gasto en esta categoría según el Observatorio de Aldi—, las decisiones de compra están cambiando. Hoy en día, los consumidores no solo valoran la frescura, sino también la sostenibilidad, el origen del producto y la relación calidad-precio.
Frutas, verduras, huevos, carne y pan siguen siendo básicos en la cesta de la compra, mientras que el pescado pierde presencia. Pero más allá de los productos concretos, el comportamiento del consumidor está enviando un mensaje claro: se apuesta cada vez más por un consumo responsable y consciente, que abre nuevas oportunidades para el comercio local.
Volver al origen: la nueva fuerza del comercio local tradicional
El 85 % de los consumidores prefiere productos naturales, el 77 % busca alimentos de temporada y el 43 % prioriza aquellos de origen regional. Estas cifras no solo revelan una tendencia, sino que suponen una oportunidad estratégica para el comercio en Las Palmas, especialmente para aquellos establecimientos que colaboran con proveedores de las islas y trabajan con productos de kilómetro 0.
Los comercios que apuestan por el producto local tienen mucho que ganar si logran comunicar el valor de su oferta: menos transporte, más frescura, apoyo directo a la economía canaria y una menor huella ambiental. En mercados municipales, tiendas de barrio o espacios especializados, esta cercanía con el origen se convierte en un argumento de venta poderoso frente a las grandes cadenas.
Además, este tipo de comercio no solo responde a una necesidad alimentaria, sino que ofrece una experiencia de compra más humana, personalizada y alineada con los valores de sostenibilidad que muchos consumidores comparten.
El nuevo perfil del consumidor exige adaptación
Aunque la frecuencia de compra sigue siendo elevada (entre 3 y 4 veces por semana), el volumen adquirido ha disminuido. Esto obliga a los comercios a replantear su estrategia: los consumidores no compran más, pero sí compran mejor. El 72 % declara que la relación calidad-precio es el factor decisivo al elegir un producto, por encima del simple coste.
En este contexto, el comercio local debe adaptarse: mantener precios razonables sin sacrificar la calidad, diversificar su oferta sin perder identidad, e incluso explorar herramientas digitales para llegar a nuevos públicos.
El cliente actual valora cada vez más aspectos como la trazabilidad del producto, la transparencia, y el apoyo a negocios con impacto positivo en su entorno. La comunicación clara y honesta sobre el origen, la temporada o el productor, ya no es un lujo: es una necesidad competitiva.
El comercio local y sostenible ya no es una opción, es el camino
El comercio en Las Palmas se enfrenta a un futuro que exige adaptación, pero también ofrece múltiples caminos de crecimiento. La clave estará en seguir apostando por el producto fresco, de proximidad y de calidad, y en establecer relaciones duraderas con los consumidores, basadas en la confianza, el compromiso y la coherencia con sus valores.
Además, con el auge del turismo responsable y la valorización del producto canario por parte de visitantes nacionales e internacionales, el comercio local puede convertirse también en un canal para difundir la cultura gastronómica de las islas.
El comercio del futuro ya no se limita a vender. Informa, educa, conecta y construye comunidad. En Las Palmas, muchos comercios ya están caminando en esa dirección. Apostar por ellos es apostar por un modelo económico más justo, más cercano y más alineado con el planeta.
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