Los Parques Nacionales son grandes espacios naturales apenas transformados por el ser humano, con valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos de interés general. En la clasificación internacional corresponden a la Categoría II de la UICN. Canarias alberga cuatro Parques Nacionales que resumen la diversidad geológica y biológica del archipiélago: Timanfaya (Lanzarote), Teide (Tenerife), Garajonay (La Gomera) y Caldera de Taburiente (La Palma).
Más allá de su espectacularidad, estos parques son auténticos laboratorios al aire libre donde se conserva una parte esencial de la historia natural de España y del Atlántico nororiental.
Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote)
Superficie: 5.107,5 ha (área de influencia: 34.752,58 ha)
Valores clave: paisaje volcánico reciente, campos de lava, conos y tubos volcánicos, geotermia superficial.
Timanfaya es el gran monumento a las erupciones históricas de 1730–1736 y 1824, que transformaron por completo el oeste de Lanzarote. El manuscrito del párroco de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo, describió con detalle cómo la tierra “se abrió” y surgieron enormes coladas que sepultaron pueblos y cambiaron para siempre la morfología insular. Declarado Parque Nacional en 1974 (reclasificado en 1981), protege un paisaje volcánico único en el mundo: malpaíses, hornitos, lavas tipo aa y pahoehoe y cráteres de tonos negros, ocres y rojizos.
Su gestión cuenta con un Patronato donde participan administraciones y sectores sociales. La visita se centra en itinerarios controlados, con especial atención a la conservación de un substrato extremadamente frágil.
Parque Nacional del Teide (Tenerife)
Valores clave: mayor altitud de España (3.715 m), gran caldera de Las Cañadas, flora y fauna de alta montaña con endemismos singulares.
El Teide es el Parque Nacional más grande y antiguo de Canarias y el más visitado de la Red. Ocupa el corazón de Tenerife, desde los pinares de Pinus canariensis hasta las cumbres del estratovolcán Teide–Pico Viejo. El clima es seco y contrastado, con inviernos ocasionalmente nevados y veranos áridos.
Su matorral de cumbre alberga especies adaptadas a suelos volcánicos como la retama del Teide (Cytisus supranubius), el tajinaste rojo (Echium wildpretii) o la violeta del Teide (Viola cheiranthifolia). La fauna destaca por su altísimo porcentaje de invertebrados endémicos y por vertebrados como el lagarto tizón o el pinzón azul de Tenerife.
Espacio sagrado para los guanches (Echeyde), fue declarado Parque Nacional el 22 de enero de 1954; su gestión evolucionó desde el Estado a la Comunidad Autónoma y, posteriormente, al Cabildo de Tenerife. Hoy es un referente internacional de vulcanología, botánica de alta montaña y divulgación científica.
Parque Nacional de Garajonay (La Gomera)
Valores clave: laurisilva macaronésica, humedad por nieblas orográficas, gran diversidad y endemismos; roques volcánicos.
Garajonay custodia la mejor muestra conservada de laurisilva, un bosque relicto del Terciario que desapareció del continente europeo pero sobrevivió en la franja de nieblas de la Macaronesia. Su vegetación, suelos y relieve conforman un ecosistema de enorme interés, con distintas formaciones y un alto número de especies endémicas. Los roques —antiguos diques y pitones volcánicos— añaden monumentalidad al paisaje.
Históricamente, estos montes fueron esenciales para la economía rural gomera (maderas, leñas, pastoreo), y pasaron por distintas figuras de propiedad y protección hasta su declaración como Parque Nacional en 1981. Su gestión prioriza la conservación y la regeneración natural, con una regulación del uso público que favorece la experiencia del visitante sin comprometer los valores del bosque.
Parque Nacional de la Caldera de Taburiente (La Palma)
Valores clave: enorme circo erosivo de 8 km de diámetro y hasta 2.000 m de desnivel, red de barrancos y arroyos, elevada geodiversidad y biodiversidad con numerosos endemismos.
La Caldera de Taburiente no es una caldera volcánica clásica, sino un gran circo erosivo resultado de la interacción entre vulcanismo, deslizamientos y la fuerza del agua. El relieve abrupto, las paredes verticales y la red hídrica crean uno de los paisajes de montaña más espectaculares del archipiélago. Antiguamente llamada Aceró por los benahoaritas (“lugar fuerte e invulnerable”), su historia se entrelaza con la conquista castellana y con complejos regímenes de aprovechamiento del agua.
Declarada Parque Nacional en 1954 y ampliada en 1981, cuenta con Plan Rector de Uso y Gestión desde 1986. Gracias a una temprana cultura de protección del bosque ligada al Heredamiento de las Haciendas de Argual y Tazacorte, el espacio ha llegado a nuestros días con sus recursos naturales notablemente preservados.
Cómo visitar los Parques Nacionales de Canarias con respeto
- Planifica en centros de visitantes y webs oficiales: consulta normas, senderos autorizados y aforos.
- Permanece en los itinerarios señalizados: los suelos volcánicos, matorrales de cumbre y la laurisilva son frágiles.
- No extraigas ni dejes nada: rocas, arenas, plantas o cualquier elemento natural forman parte del patrimonio protegido.
- Reduce tu huella: utiliza transporte colectivo cuando sea posible y gestiona correctamente los residuos.
- Observa la fauna a distancia: el estrés y la alimentación artificial alteran su comportamiento.
Preguntas frecuentes sobre los Parques Nacionales de Canarias
1. ¿Cuántos Parques Nacionales hay en Canarias y cuáles son?
El archipiélago cuenta con cuatro Parques Nacionales: Timanfaya en Lanzarote, Teide en Tenerife, Garajonay en La Gomera y Caldera de Taburiente en La Palma. Cada uno representa un ecosistema y paisaje natural diferente dentro del territorio canario.
2. ¿Qué características hacen únicos a los Parques Nacionales de Canarias?
Su diversidad. Desde los paisajes volcánicos y áridos de Timanfaya hasta los bosques húmedos de Garajonay o las altas cumbres del Teide, los parques canarios concentran una gran variedad de formaciones geológicas, flora y fauna endémica únicas en el mundo.
3. ¿Se pueden visitar los Parques Nacionales durante todo el año?
Sí. Gracias al clima templado de las islas, los parques pueden visitarse en cualquier época. Sin embargo, conviene consultar las condiciones meteorológicas, ya que en zonas de alta montaña como el Teide puede haber nieve o fuertes contrastes térmicos.
4. ¿Es necesario pedir permisos para acceder a algunos espacios?
En general, la visita a los Parques Nacionales es libre, pero algunas rutas o zonas sensibles (como el ascenso al pico del Teide) requieren autorización previa. Es recomendable consultar la web oficial de cada parque antes de planificar la visita.
5. ¿Qué normas básicas deben seguir los visitantes?
Respetar los senderos señalizados, no extraer elementos naturales, no encender fuego, no dejar residuos y evitar molestar a la fauna. El objetivo es disfrutar del entorno sin alterar su equilibrio natural.
Los Parques Nacionales de Canarias conservan procesos geológicos excepcionales y ecosistemas únicos en Europa: mares de lava jóvenes, cumbres volcánicas de gran altitud, bosques de laurisilva bañados por la niebla y barrancos modelados por el agua. Son memoria, ciencia y paisaje; una herencia que requiere gestión rigurosa y visitas responsables para seguir contando, durante generaciones, la historia natural de las islas.
Cada rincón de Canarias tiene algo que contar.
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