El legado del Jetfoil en Canarias, una historia de innovación y velocidad
Hablar del jetfoil en Canarias es recordar un capítulo único de la historia del transporte marítimo del archipiélago. Durante 25 años, esta embarcación de alta velocidad no solo unió a Gran Canaria y Tenerife en un tiempo récord, sino que también dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de los isleños. Hoy, casi dos décadas después de su último viaje, sigue siendo un símbolo de modernidad, innovación y progreso.
El inicio de una nueva era marítima
El primer viaje del jetfoil en Canarias tuvo lugar el 7 de agosto de 1980 con la llegada del Princesa Voladora. Esta embarcación, fabricada por Boeing y operada por Trasmediterránea, redujo el trayecto entre las dos capitales insulares a tan solo 80 minutos. Era un tiempo impensable en aquella época, cuando los ferris convencionales tardaban más de tres horas en cubrir la misma ruta. No tardó en ganarse el apodo de “la cuca volona” y el eslogan “No corre, vuela”, que aún resuena en la memoria de los canarios.
El jetfoil no solo era rápido, también fiable. Podía mantener una velocidad constante incluso con mal tiempo, ofreciendo a los pasajeros una experiencia novedosa, cómoda y muy distinta a lo que estaban acostumbrados.

Más que velocidad: un hito cultural y social
Con el paso de los años, el jetfoil en Canarias fue más que un barco. Representó el orgullo de una sociedad que veía cómo sus islas principales estaban cada vez más conectadas. Tras el Princesa Voladora llegaron otros nombres que forman parte de la historia marítima canaria: Princesa Guayarmina, Princesa Guacimara, Princesa Dácil y Princesa Teguise. Todos ellos participaron en campañas publicitarias que marcaron a generaciones enteras y convirtieron al jetfoil en un verdadero icono de modernidad.
Era frecuente que los canarios hablaran con emoción de aquella nave blanca, roja y azul que parecía volar sobre las olas. No solo se trataba de ahorrar tiempo en los trayectos, sino de sentirse parte de un futuro prometedor en el que la tecnología unía lo que antes parecía lejano.
La despedida del Jetfoil
A pesar de su popularidad, el jetfoil en Canarias dejó de operar en 2005. Las razones fueron múltiples: el elevado coste del combustible, el mantenimiento complejo y la llegada de catamaranes modernos capaces de transportar no solo pasajeros, sino también coches y carga rodada. Estos nuevos ferris, procedentes de astilleros australianos, ofrecían una solución más completa a las necesidades de conectividad del archipiélago.
Aunque ningún barco ha logrado aún unir las islas en menos de 80 minutos, los actuales catamaranes han mantenido viva la competitividad en la ruta entre Gran Canaria y Tenerife. Hoy son los responsables de garantizar una alta frecuencia de viajes y un elevado confort, aunque sin la mística que rodeó al jetfoil.
El recuerdo vivo del Jetfoil
El 7 de agosto de 2025 se conmemoraron 45 años desde el primer viaje del jetfoil en Canarias. El Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología en Las Palmas organizó un homenaje cargado de nostalgia, con la participación de historiadores, representantes del sector marítimo y autoridades locales. En el acto se destacó cómo este barco marcó un antes y un después en la movilidad interinsular y en la manera en que los canarios percibían la modernidad.
Para muchos, el jetfoil sigue siendo un recuerdo entrañable. Basta con escuchar anécdotas de quienes viajaron a bordo para entender el impacto emocional que tuvo. Desde familias que podían visitar más rápido a sus seres queridos en la isla vecina, hasta profesionales que lograban acortar sus desplazamientos, todos coinciden en que viajar en el jetfoil era casi una experiencia futurista.
La visión que lo hizo posible
Detrás del éxito del jetfoil en Canarias estuvo la visión de Trasmediterránea, que apostó por una tecnología revolucionaria en su momento. A pesar del escepticismo inicial, la empresa logró convencer a las autoridades y a la ciudadanía de que era posible una nueva manera de viajar entre islas. La llegada del Flying Princess al puerto de La Luz en 1980 marcó un punto de inflexión. Desde ese día, la rutina del transporte marítimo cambió para siempre.
Aunque con los años se confirmaron sus limitaciones, el jetfoil fue un ejemplo de cómo la innovación puede transformar la vida de un territorio insular. Su historia recuerda la importancia de apostar por soluciones valientes, incluso si no están exentas de riesgos.
Un legado que permanece
Hoy, el jetfoil en Canarias ya no navega, pero permanece en el imaginario colectivo como un símbolo de velocidad, modernidad y conexión. Su recuerdo no es solo tecnológico, también emocional. Los canarios lo ven como un emblema de una época en la que la innovación parecía no tener límites.
En un archipiélago donde la conectividad es vital para la vida diaria, el jetfoil ocupa un lugar especial como pionero en la búsqueda de soluciones rápidas y eficientes. Su historia nos recuerda que la modernización del transporte siempre debe estar al servicio de la gente, de su bienestar y de su necesidad de sentirse más cerca unos de otros.
Así como el jetfoil en Canarias forma parte de la historia reciente del archipiélago, en Los Mejores de Las Palmas puedes descubrir muchas más noticias, curiosidades y contenidos sobre la vida en Canarias. Un directorio pensado para conectar con lo nuestro, dar a conocer lo mejor de la isla y mantener vivo el recuerdo de lo que nos une.